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MARÍA FELICITAS SQUETINO
LICENCIADA EN TERAPIA OCUPACIONAL ~ PROFESORA DE YOGA ~ MASAJISTA
Realizó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó como licenciada en terapia ocupacional,mientras ejercía su puesto de docente con niños en edad escolar en la zona norte de Buenos Aires, Argentina. Terminada la licenciatura, desempeñó su rol de Terapeuta Ocupacional en una clínica privada interdisciplinaria, trabajando siempre en la rehabilitación tanto física, mental y holística con personas con discapacidad, junto con otros profesionales de la salud.
A finales del 2015 emigró a Australia donde estuvo viviendo hasta el 2018, año que decidió viajar a India para formarse como instructora de yoga y seguir su camino de la meditación y autoconocimiento a través de la experiencia directa. Actualmente brinda clases de Yin, Vinyasa,Rocket como así también imparte talleres y retiros dentro y fuera de la isla.
Mi pequeño aporte es el poder acompañar a toda persona que quiera seguir en su camino de independencia y libertad; ya sea graduando/ adaptando actividades que favorezcan la autonomía y bienestar del ser como así también siendo guía y apoyo para volver a la unión y empoderamiento personal.
En la actualidad reside en Fuerteventura, donde se formó como masajista, desempeñando también dicho rol en su día a día.
Cada masaje que ofrece es mucho más que una técnica, es más bien el resultado de años de experiencia llevado a la presencia en cuerpo, mente y alma.
Hoy, todo ese camino recorrido viaja en sus manos. Poniéndose al servicio del bienestar y liberación de quien deposita confianza en ella, sumando herramientas en un espacio de armonía y sostén para re conectar con uno mismo, volver al centro, al Equilibrio.
Su favorito es el ayurvédico, considerando al mismo un masaje terapéutico más personalizado; con el uso de aceites cálidos, maniobras conscientes y una escucha profunda del cuerpo. Dicha experiencia activa la energía vital (prana), desintoxica, libera tensiones y restaura el flujo natural de tu cuerpo.
Si sientes el llamado a reconectar, sanar, volver a ti o simplemente relajar, regálate este ritual, un momento para frenar, recibir y volver a sentir una caricia al alma, un abrazo al corazón, pausando la razón.
